11.11.16

OZtralia

Más de un mes llevo en este país y tantas cosas que contar...

Lo más lejos que había viajado antes era a Suecia, así que eso de aviones grandes con pantallas individuales y demás lo desconocía. Y es cierto que es mucho tiempo viajando, pero la verdad que es llevadero, tampoco es gran cosa si luego te quedas aquí una buena temporada. Para colmo, mi maleta se quedó en Sydney, así que llegué a Gold Coast con lo que llevaba en mano. Pero entre que me pudieron ir a buscar en coche al aeropuerto, y lo que veía por el camino, me despreocupé de ese problema. Así que si estaba así sin pertenencias, suponía que era buena señal. Aunque finalmente recuperé la maleta al día siguiente.
Mi primera impresión fue como también me imagino que sería estar en California: playa, el rollito surfer, bares y cafeterías, tiendas de surf, skate, tablas... eso sí, lo que te hace ver que estás en Australia es la ausencia de zapatos.
En mi primera noche, lo que me sorprendió fue el sonido de todos los pájaros que hay por aquí. Es como si estuviera en Palmitos Park. Y es que aquí la naturaleza está presente en todo: las palomas de aquí son pájaros más grandes con pico largo, otros pájaros que atacan, cuervos, gaviotas, murciélagos enormes que por la noche pasan al lado tuyo como si nada, arañas de todos los tamaños, peces, ballenas, rayas, medusas, ranas venenosas gigantes, serpientes venenosas... Y creo que aún así, hay mucho por descubrir, pero hasta ahora, es todo lo que he visto.
Aparte de las cosas de la vida cotidiana como buscar casa, buscar trabajo, ir a clase, también intento hacer cosas diferentes o visitar sitios.
Ir en moto a un pueblo, ir a una cascada en medio de la selva, ir a Byron Bay (por suerte está a sólo una hora de aquí), visitar Brisbane, dar de comer a canguros, coger a un koala...

Este ha sido el primer capítulo de mi aventura australiana. El próximo mes, más!

Cheers mate!






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